De Lo Que Se Come, Se Cría…

Cada vez hay más estudios que encuentran esta “programación en el feto” de enfermedades crónicas que aparecerán más adelante. Este hecho ha de animar a las embarazada a redoblar los esfuerzos que se realicen con respecto a su nutrición para que sea lo más equilibrada posible. Hay que alentar a las pacientes a que no “ se pasen comiendo” ni “abusen de la comida basura” durante el embarazo. Son unas semanas tan cruciales para su futuro hijo, que seguro que esta motivación consigue que adopten buenos hábitos dietéticos, que permanecerán y harán que su familia esté más sana.

Hay una gran cantidad de artículos y estudios científicos que avalan el hecho de que grandes desviaciones en la dieta de la embarazada, a corto o a largo plazo, pueden tener un precio. De forma más concreta:

1. Enfermedad cardiovascular: cuando la madre tiene sobrepeso importante ( IMC>25,) hay un aumento de esta patología a partir de los 50 años de edad, sobre todo en la aparición de ictus. Igualmente se ha encontrado este efecto cuando los kilos que se engordan son excesivos.  La malnutrición materna también tiene consecuencias similares
2. Diabetes: Aumento de esta enfermedad en hijos de madres con dietas demasiado restrictivas, y cuánto mayor sea el déficit de calorías, mayor es la intensidad y la aparición de la enfermedad 
3. Asma y atopia: se ha mostrado relación con dietas con exceso de azúcares y la aparición de ambas enfermedades en la infancia o en la edad adulta.
4. Obesidad: dietas ricas en grasa, en bebidas azucaradas y una ganancia de peso excesiva se asocian a futuros niños y/o adultos obesos.