Desarrollo de la deglución y alimentación

La deglución en el niño va evolucionando y se va perfeccionando conforme el niño va creciendo y desarrollándose, y de acuerdo a la maduración de las estructuras que componen el aparato digestivo. Por tanto, su desarrollo motor, sus habilidades y su evolución psicológica van paralelos a la correcta maduración de su capacidad para deglutir y alimentarse. 

       Durante su primer año de vida el niño se desarrolla con una rapidez sorprendente en todos los aspectos: crece y madura velozmente. Por tanto, el hecho de que todos estos procesos sucedan adecuadamente es muy importante, de cara a que se instaure de forma correcta una adecuada deglución y unos patrones de alimentación y hábitos alimentarios saludables durante la primera infancia.

Es fundamental tener en cuenta que la progresiva adquisición de habilidades en cualquier aspecto no se logra al mismo tiempo para todos los niños ni en el mismo momento. Cada individuo madura según su propio ritmo, dentro de unos márgenes amplios de desarrollo. Esto es una característica muy importante del desarrollo normal. Es decir, igual de aceptable es que un niño comience a caminar con 10-11 meses, y que lo haga a los 14.

Además, entre los 0 y los 2 años entra en juego otro factor muy importante: la relación madre-niño. La estimulación que el niño recibe por parte de sus cuidadores y el medio que lo rodea tiene gran influencia a la hora de permitir el desarrollo de las distintas habilidades.

Por tanto, podemos concluir que el desarrollo correcto de la deglución y su capacidad de alimentación tiene un ritmo determinado que es propio de cada niño, está muy ligado a un desarrollo psicomotor adecuado y a una correcta maduración neurológica, y a la estimulación que el niño recibe de su medio ambiente.