Desde hace mucho tiempo, el ejercicio físico es considerado por la Organización Mundial de la Salud uno de los pilares fundamentales para tener un buen estado de salud y prevenir ciertas enfermedades, como la obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes, etc. Durante el embarazo, son muchas las dudas que surgen sobre lo que se puede o no hacer y entre ellas está la realización de ejercicio físico. Se ha visto que su práctica es capaz de prevenir una ganancia de peso mayor a la recomendada, minimizar el dolor de espalda fortaleciendo la musculatura, evitar la incontinencia de orina por el fortalecimiento del suelo pélvico.
Actualmente, son muchos los países que están incluyendo en sus recomendaciones generales para embarazadas pautas para su práctica segura. A continuación, resolveremos las preguntas más frecuentes.
En general, cualquier ejercicio físico es válido, pero se recomienda que se eviten aquellos que puedan suponer caídas, traumas o choques. Por ejemplo, se aconseja andar rápido, nadar, correr, aerobic de bajo impacto, yoga y/o pilates adaptado, etc.
Las sesiones pueden ser de entre 15 a 60 minutos, dependiendo de la intensidad del ejercicio, con una frecuencia de entre 3 a 4 veces por semana o, incluso, diariamente.
En general, se recomienda que sea moderada. Cuando es de alta intensidad es muy importante limitar su duración, tener una adecuada hidratación y consumir alimentos que den energía antes y después de su realización para prevenir bajadas de azúcar.
Al igual que es recomendable su realización, también conveniente educar sobre cómo detectar aquellos signos que nos indican que debemos parar el ejercicio o, en caso necesario, acudir al médico. Algunos de estos signos son: sangrado vaginal, contracciones dolorosas y regulares, pérdida de líquido amniótico, mareo o vértigo, dolor de cabeza o pecho, presencia de edemas en los tobillos.
Todo dependerá del parto que se haya tenido, la presencia de complicaciones y el nivel de recuperación. Pero sí, si se recomienda que se practique lo antes posible, con las mismas recomendaciones para cualquier adulto, recomendándose sobre todo ejercicios que aeróbicos, de estiramiento y que refuercen el suelo pélvico.
Como conclusión, la práctica de ejercicio físico durante el embarazo es segura y recomendable, siempre cuando se realice de una forma segura y adecuadamente informada.
Trabajando juntos por la salud de nuestros niños
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