Vitaminas Y Minerales: Imprescindibles

FÓLICO:

Es una vitamina indispensable para que se dividan las células y se separe correctamente el ADN y teniendo en cuenta que no hay células que se dividan más rápido que las del embarazo, ahí encontramos su importancia. 

De forma práctica la falta de Fólico en la embarazo provoca malformaciones en el feto: cardiopatías, labio leporino y sobre todo malformaciones en la columna vertebral como la espina bífida y otras más graves. Por esta razón está incluido en todos los preparados multivitamínicos que se recomiendan tomar durante el embarazo. Incluso cada vez vemos que se obtienen muchos beneficios si se toma antes del embarazo, durante el mismo y en el postparto / lactancia 

HIERRO:

Es un mineral que forma parte de los glóbulos rojos mayoritariamente y su carencia se refleja en la aparición de anemia , cuyos síntomas son: fatiga, debilidad, piel pálida, palpitaciones, uñas quebradizas…  Aunque no se recomienda suplementar a todas las gestantes hay que asegurarse tomar alimentos ricos en hierro como las carnes, espinacas o acelgas y las lentejas… aún así en alguna mujer puede ser insuficiente y habría que incorporar una pastilla diaria de hierro. Para que se absorba más cantidad es mejor tomarlo con vitamina C ( un zumo de naranja) y separado de té, leche o café

YODO:

Es un mineral muy importante para el desarrollo cerebral del bebé, y para activar todos los procesos o reacciones químicas con las que conseguimos la energía para nuestras células. Los alimentos ricos en yodo son sobre todo los lácteos y el pescado, así como la sal yodada que podemos comprar en el supermercado. En España, dadas las bajas cifras de yodo ingerido en la población, hay que suplementarlo durante el embarazo como el fólico. 

CALCIO:

Hay que tomar varias raciones de calcio durante el embarazo, pero como es un mineral muy extendido y con grandes cantidades en muchos alimentos no hay que darlo a parte. 

VITAMINA D:

Esta vitamina tiene un papel crucial en la formación del esqueleto del bebé. Ya que su carencia se ha podido asociar con diferentes complicaciones ahora mismo no hay pruebas suficientes como para recomendar administrarla en todas la embarazadas. Sólo se mide en sangre y se trata si es necesario en algunos embarazos de alto riesgo 

ACIDOS OMEGA-3:

Intervienen en el desarrollo visual y cerebral del bebé y tienen un leve papel en la protección contra el parto prematuro. Para conseguir la dosis necesaria hay que comer una ración de pescado azul, de dos a tres veces por semana durante el embarazo y la lactancia.